La arquitectura panóptica
La prisión más antigua de Cataluña, comúnmente llamada ‘La Modelo’, oficialmente cerró sus puertas el pasado 7 de junio de 2017, justo coincidiendo con el cumplimiento de los 113 años de su apertura.
Esta extraordinaria construcción carcelaria situada en pleno corazón del distrito de El Eixample fue diseñada por los arquitectos Josep Domènech Estapà y Salvador Vinyals, discípulos del movimiento modernista, siguiendo el patrón de construcción carcelaria establecido en el siglo XVIII. Domènech Estapà es conocido por ser el autor de otras obras relevantes como el Observatorio Fabra situado en la montaña de Collserola o la Torre de Aguas de la Catalana de Gas, una construcción actualmente exenta que se encuentra en el parque de la Barceloneta.
La peculiaridad de lo que fue su obra conjunta, el Centro Penitenciario de Hombres de Barcelona, es la forma panóptica del edificio manifestando una clara voluntad y función de control, vigilancia, autoridad y observación incesante.
El término panóptico, procedente del griego panoptes (que servía para nombrar en la mitología griega a Argus Panoptes, el monstruo de los cien ojos), significa etimológicamente ‘que todo lo ve’. No es casualidad entonces que, durante el siglo XVIII, y gracias al filósofo utilitarista británico Jeremy Bentham –quien introdujo el concepto del panóptico-, se empezaran a implementar cárceles por todo el mundo siguiendo este modelo.
Países como por ejemplo Canadá, Australia, Cuba, Polonia, México, Sudáfrica y España implementaron estas cárceles, conocidas como ‘cárceles modelo’, y es así como ‘La Modelo’ de Barcelona adquirió su nombre, así como también la adquirió La Antigua Cárcel Modelo de Madrid o el Presidio Modelo, en Cuba.
El panóptico es un diseño carcelario circular que subvierte el diseño del coliseo. Es decir, si en el coliseo los espectadores pueden observar desde cualquier ángulo de la grada lo que sucede en el centro, en el panóptico se controla desde el centro todo lo que sucede en la grada; es desde el epicentro, el corazón central de control, donde nacen varias galerías con celdas, conformando en su totalidad la forma de estrella.
Además, el modelo permite que cada una de las celdas tenga luz natural, que la galería sea visible desde la torre central y que los guardias, situados en uno o dos extremos de la galería, puedan vigilar sin la necesidad de desplazarse por los largos corredores.
Cabe destacar que este sistema panóptico no solo es relevante a nivel formal sino también a nivel psicológico, ya que los reos no tienen la constancia factual de ser vigilados aun sabiendo que están siendo observados en todo momento.
A día de hoy, el concepto del panóptico sigue teniendo plena validez a pesar de haber perdido vigencia como modelo arquitectónico. Los avances tecnológicos y los circuitos cerrados de televisión y vigilancia han dado paso a otras formas de control, no solo implementadas en las prisiones sino también en nuestro entorno: edificios militares, fábricas, instituciones educativas hasta en nuestras ciudades.
El mecanismo psicológico detrás de la idea de Bentham es muy interesante ya que elimina la relación que existe entre el que mira y el hecho de ser visto, lo que el filósofo Michel Foucault analizó detalladamente en su obra “Surveiller et punir: Naissance de la prisión” (1975).
El Reino Unido puede ser el claro ejemplo del concepto descrito, donde más de seis millones de cámaras (una por cada once habitantes) miran, espían y controlan las calles sin uno percatarse de ser visto; Londres, de hecho, alberga un millón de cámaras. Esto es, lo que Foucault vio como símbolo de vigilancia permanente de las sociedades disciplinadas actuales.
Pero, volviendo a Barcelona, ¿qué le deparará al panóptico de ‘La Modelo’ ahora que quedará vacío?
Siendo una construcción que ocupa la totalidad de dos manzanas del ensanche barcelonés, el debate sobre el futuro de la Modelo no será tarea fácil.
Este edificio protegido tiene un alto valor histórico y a pesar de que su uso aún está por definir, el debate se basa en el cumplimiento del plan director aprobado en 2009, el cual incluye una zona verde, equipamientos y un espacio de memoria.
Esperemos que no sea demolido en su totalidad ni caiga en manos de la especulación –tal y como ya han empezado a denunciar los vecinos del bloque Entença 151- ahora que surgen nuevos planes, voces e ideas para su remodelación.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/09/04/seres_urbanos/1504528557_454341.html